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jueves, 2 de octubre de 2014

Desapariciones

Por: Víctor Hugo Díaz Xolalpa

Int. Cuarto de Julián. Noche

Julián un tipo de 23 años aproximadamente, delgado, tez morena, estatura media, con una herida en la cara, se le notan las puntadas de la curación.

Está acostado boca arriba en la cama con la vista fija al techo. Prende un cigarro, fuma y deja escapar una larga voluta de humo.

El cuarto esta desordenado, un pequeño librero, imágenes pegadas a la pared del 2 de Octubre, Che Guevara, y del EZLN.

En un buró a lado de la cama donde esta la foto de Natalia hay un cenicero repleto de colillas de cigarro y un paliacate rojo.

Se oye un teléfono sonar en el cuarto continuo, su mamá grita.


Mamá (O.S.)

¡Julián es para ti!

Julián se levanta rápidamente, apaga el cigarro en el cenicero, toma el paliacate y sale corriendo del cuarto, pero no se da cuenta de que tira el retrato de Natalia, el cual cae lentamente y al llegar al suelo se rompe estrepitosamente.

Int. Pasillo. Noche.

Julián corriendo por el pasillo, que es lúgubre con una luz tenue, se detiene y comienza a caminar lentamente.

 

Ext. Manifestación Calle. Tarde (Flash Back)

Mucha gente que va caminando, marchando, con pancartas que dicen “Presos políticos libertad” “Los Masacrados serán vengados” “Ya Basta” e imágenes de Zapata.

Gente

¡Aplaudan, aplaudan no de dejen de aplaudir que el pinche gobierno se tiene que morir!


Entre la multitud va Julián y Natalia una chica de aproximadamente 21 años, delgada, tez blanca, estatura mediana, lleva un paliacate rojo en la mano izquierda, van juntos cargando una manta con la leyenda “Si la nación se deja engañar nuevamente por esas mentiras, siempre quedará al menos uno de nosotros dispuesto a despertarla de nuevo” a un lado la imagen del Subcomandante Marcos.

Se escucha un estruendo, todo el mundo se desconcierta empiezan a voltear a todos lados, nuevamente otro estruendo, van llegando granaderos por todos lados y empiezan a golpear a la gente.

 
Julián

Natalia no te alejes quédate a cerca de mi.

Natalia

No te preocupes, esos hijos de puta no hacen nada, no vas vienen a provocarnos.

Julián

Por las dudas, no te apartes de mí.

Todos comienzan a correr, desesperados de un lado a otro, empiezan a gritar.

Gente

¡No corran, no corran, júntense, júntense!


Julián

(Agarra de la mano a Natalia)
Corre, corre, no me sueltes.

Los granaderos se acercan.

Natalia

Vamos, vamos.

Corren entre la multitud y alguien cae al suelo, Natalia tropieza con él y cae también, se suelta de Julián que sin darse cuenta se queda con el paliacate en la mano.

Julián intenta regresar, pero no puede, cuando llega un par de granaderos que comienzan a golpearlo y a insultarlo, pero sin darles tanta importancia sigue con la vista hacia atrás buscando a Natalia, le dan una patada fuerte en la cara.


Granaderos

Ora sí hijo de tu chingada madre, pa’ que dejes de andar chingado.


Natalia se pierde entre la multitud.

Julián logra zafarse y corre entre la gente. 



Int. Sala Casa Julián. Noche.

Julián llega hasta donde esta su Mamá una señora de 50 años aproximadamente, tez morena, ojos grandes, arrugas en la cara.


Mamá 

¿Estás bien hijo? Aún no encuentran a Natalia.

Le da el auricular, lo abraza, suspira y se aleja.

Julián

(Angustiado)
No…
¿Cómo?..
Pero es que, no, no…
No puede ser…
Estaba conmigo…
Pero, pero… 

Cuelga el auricular suavemente, se detiene contra la pared y poco a poco empieza a descender hasta quedar sentado, respira y se suelta a llorar, oprimiendo tiernamente en sus manos el paliacate.