Reconstrucciones

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martes, 23 de febrero de 2016

Reconstrucciones

Por Víctor Hugo Díaz Xolalpa
Regresiones
Se rindió, miró el reloj, era tan tarde. Julieta no llegó. Romeo se levantó  paró un taxi. Al bar más cercano, le pidió al conductor. Bajó del taxi y entró al bar. Tres horas más tarde, borracho y llorando le marcó a Julieta, le preguntó ¿Por qué? ¿Qué estaba pasando? Julieta  se contuvo, Romeo salió del bar con el teléfono, la cerveza y su vida en la mano. Julieta contestó: No te amo, nunca lo haré.  Romeo se terminó la cerveza y le suplicó que lo entendiera, que aceptaba que no lo amará, le rogó que no se fuera, que la necesitaba. Julieta contestó: supéralo, me tienes harta y colgó. Romeo guardó el teléfono, pagó su cuenta, salió a la calle y dejo que su mundo se derrumbara.
Explosiones
Amanecía, anochecía y no paraba de llover. Una semana difícil. Romeo esperaba que la lluvia cediera para salir a comer algo e ir por vino y cerveza, al final de la semana renunció a la comida. Estaba cansado, destrozado. Dormía día y noche, tomaba día y noche. Se asomaba por la ventana y la lluvia no cedía. Tenía frío, tenía miedo, le dolía el cuerpo. Pasaron las lluvias, el sol salió. Era hora de ir al mar. Seguía sin comer, sólo tomaba cerveza.
Le rezo al mar, a la vida para que todo estuviera en paz. Julieta le marco para recordarle que ella nunca lo iba amar, que no la buscara hasta que lo aceptara. Romeo se tomó la última cerveza junto al mar y se fue al bar. No dejó de tomar hasta las ocho de la mañana.
Renunciaciones
Pasaron los días,  Romeo estaba bien. No la buscó, aunque se moría de ganas. Dos semanas después Julieta le marco para contarle sobre su vida, sobre lo mal y lo bien que le iba, Romeo la escuchó como siempre supo hacerlo, con atención, con amor.  
¿Qué pasó?
Romeo borracho le escribió, que estaba mal,  que ridículamente no entendía lo que pasaba. Julieta le contestó: otra vez vas empezar, no te amo, me tienes harta. Romeo se aguantó y no lloro.  Una semana después Romeo le escribió, siempre estuve para ti, nunca te falle. Julieta no contesto.
A la siguiente semana, Romeo vio a Julieta pasar con su novio. Romeo no sabiendo qué hacer, se embriagó y al poco rato le escribió que la había visto, que se sentía herido, que le dolía. Julieta no contestó.
Romeo renuncio a Julieta, pero sentía que pudo haber hecho las cosas mejor, se reprochaba por ello, se sentía triste por no ser como Julieta quería y por tantas cosas; por esto, por lo otro, por aquello que Julieta siempre le echo en cara. Él dejo de buscarla por un tiempo, un día y después de soñarla toda la noche, de pensar en ella todo el día, de tomar cerveza toda la madrugada, llegando a su casa recibió un mensaje de Julieta.
Ya no decía Julieta, era su nombre real, ya no era Romeo era su verdadero nombre. Ella le escribió, deja de marcarme, ya déjame en paz. Borracho le contestó, pero yo no te he marcado, cosa que se lamento fuera cierta, le dolió que ella creyera que no la buscara, aunque fuera para molestarla.  Él en su locura siguió escribiéndole que la necesitaba, que se quedara. Ella ya nunca contestó.
Reconstrucciones
Al otro día con la resaca, entre vómito y dolor de cabeza la dejo ir. Dejó que el dolor se callara, que ya no fuera su voz, envolvió todo su amor en un poema y lo echó a la basura. Sabía que llorar ya estaba de más. Por fin acepto que ella sólo existió en su vida para quebrarlo. Sí ella hubiera querido…  nadie estaría leyendo este cuento. 

Borracheras
Si no fuera por esas noches sin fin, Romeo estaría muerto.