Por Víctor Hugo Díaz Xolalpa
Regresiones
Se
rindió, miró el reloj, era tan tarde. Julieta no llegó. Romeo se levantó paró un taxi. Al bar más cercano, le pidió al
conductor. Bajó del taxi y entró al bar. Tres horas más tarde, borracho y
llorando le marcó a Julieta, le preguntó ¿Por qué? ¿Qué estaba pasando?
Julieta se contuvo, Romeo salió del bar
con el teléfono, la cerveza y su vida en la mano. Julieta contestó: No
te amo, nunca lo haré. Romeo se terminó
la cerveza y le suplicó que lo entendiera, que aceptaba que no lo amará, le rogó que no se fuera, que la necesitaba. Julieta contestó: supéralo, me tienes
harta y colgó. Romeo guardó el teléfono, pagó su cuenta, salió a la calle y
dejo que su mundo se derrumbara.
Explosiones
Amanecía,
anochecía y no paraba de llover. Una semana difícil. Romeo esperaba que la lluvia
cediera para salir a comer algo e ir por vino y cerveza, al final de la semana
renunció a la comida. Estaba cansado, destrozado. Dormía día y noche, tomaba
día y noche. Se asomaba por la ventana y la lluvia no cedía. Tenía frío, tenía
miedo, le dolía el cuerpo. Pasaron las lluvias, el sol salió. Era hora de ir al
mar. Seguía sin comer, sólo tomaba cerveza.
Le
rezo al mar, a la vida para que todo estuviera en paz. Julieta le marco para
recordarle que ella nunca lo iba amar, que no la buscara hasta que lo aceptara.
Romeo se tomó la última cerveza junto al mar y se fue al bar. No dejó de tomar
hasta las ocho de la mañana.
Renunciaciones
Pasaron
los días, Romeo estaba bien. No la
buscó, aunque se moría de ganas. Dos semanas después Julieta le marco para
contarle sobre su vida, sobre lo mal y lo bien que le iba, Romeo la escuchó como siempre supo hacerlo, con atención, con amor.
¿Qué
pasó?
Romeo
borracho le escribió, que estaba mal, que
ridículamente no entendía lo que pasaba. Julieta le contestó: otra vez vas
empezar, no te amo, me tienes harta. Romeo se aguantó y no lloro. Una semana después Romeo le escribió, siempre estuve para ti, nunca te falle.
Julieta no contesto.
A
la siguiente semana, Romeo vio a Julieta pasar con su novio. Romeo no sabiendo
qué hacer, se embriagó y al poco rato le escribió que la había visto, que se sentía herido,
que le dolía. Julieta no contestó.
Romeo
renuncio a Julieta, pero sentía que pudo haber hecho las cosas mejor, se
reprochaba por ello, se sentía triste por no ser como Julieta quería y por tantas cosas; por
esto, por lo otro, por aquello que Julieta siempre le echo en cara. Él dejo de buscarla por un tiempo, un día y después de soñarla toda la noche, de
pensar en ella todo el día, de tomar cerveza toda la madrugada, llegando a su
casa recibió un mensaje de Julieta.
Ya
no decía Julieta, era su nombre real, ya no era Romeo era su verdadero nombre. Ella
le escribió, deja de marcarme, ya déjame en paz. Borracho le contestó, pero yo
no te he marcado, cosa que se lamento fuera cierta, le dolió que ella creyera que no la buscara, aunque fuera para molestarla. Él en su locura siguió escribiéndole que
la necesitaba, que se quedara. Ella ya nunca contestó.
Reconstrucciones
Al
otro día con la resaca, entre vómito y dolor de cabeza la dejo ir. Dejó que el
dolor se callara, que ya no fuera su voz, envolvió todo su amor en un poema y
lo echó a la basura. Sabía que llorar ya estaba de más. Por fin acepto que ella
sólo existió en su vida para quebrarlo. Sí ella hubiera querido… nadie estaría leyendo este cuento.
Borracheras
Borracheras
Si
no fuera por esas noches sin fin, Romeo estaría muerto.
Muy interesante. Voto por mas relaciones sanas!
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