martes, 29 de abril de 2014

Respuestas (light) a las preguntas (que el gobierno muy probablemente no responderá) de Cuarón

Por: Armando Enriquez 
El lunes 28 de abril, el cineasta el cineasta Alfonso Cuarón publicó un escrito dirigido a Enrique Peña Nieto en el que plantea “una preocupación que comparto, estoy seguro, con muchos mexicanos. Me refiero a la reforma energética” (sic).

Por ello, el cineasta formuló diez preguntas en espera de que las respuestas disipen algunas dudas que éste tiene sobre dicha reforma. Estas preguntas han sido respondidas, más o menos, por el gobierno federal en sus documentos sobre la reforma energética, pero las respuestas ofrecidas han sido, por decir, menos que convincentes.

En este sentido, y dado que muy probablemente el gobierno no dará respuestas convincentes a las preguntas planteadas por Cuarón, trataré de responder, de manera light, las preguntas 1, 2, 3, 6, 7 y 9, que son las que considero más relevantes para el debate energético (considero que las preguntas restantes son demasiado ambiguas o que se encuentran fuera de contexto tal y como están planteadas).

1. ¿Cuándo bajarán los precios del gas, gasolina, combustóleo y energía eléctrica? ¿Qué otros beneficios tangibles (sic) se esperan de la Reforma? ¿Cuál es el cronograma de esos beneficios?

El gobierno federal no ha dicho que los precios de la gasolina y el combustóleo bajarán. La razón es simple: los precios en México de estos dos commodities se encuentran ligados a los precios internacionales del crudo; además, el mismo gobierno federal espera que sus precios en lugar de bajar suban, ya que se trata de bienes cuyo consumo genera externalidades negativas (contaminación), por lo que la Reforma plantea la eliminación del subsidio a las gasolinas por una parte, y un impuesto a las emisiones de carbono de Pemex y la CFE derivados de la utilización de combustóleo en sus proceso industriales, por el otro.

Respecto del gas y la energía eléctrica, el gobierno federal se comprometió a algo que no está en sus manos (a menos que implemente controles de precio): las tarifas eléctricas están sujetas a los precios de los combustibles para generarla, en gran medida gas natural, y el precio de este último depende del precio del gas en Estados Unidos, el cual se encuentra muy lejos del precio mínimo observado en 2012, de alrededor de 2 dólares por millón de BTU (este es el precio considerado por el gobierno en sus aseveraciones). Más aún, el precio del gas en Estados Unidos en 2014 ha alcanzado su nivel más alto en 5 años, derivado de una ligera baja en la producción de campos no convencionales (shale gas) y de una baja significativa en los inventarios por el crudo invierno de 2013-2014.

En resumen, el gobierno no puede aseverar que bajarán los precios del gas natural y la electricidad tal y como lo ha hecho. Y por supuesto, no tiene idea de cuándo (en caso de que efectivamente bajen).

2. ¿Qué afectaciones específicas habrán al medio ambiente con prácticas de explotación masiva (sic)? ¿Qué medidas se tomarán para protegerlo y quien asumirá la responsabilidad en el caso de derrames o desastres?

A Cuarón se le olvida (o no le informaron bien) que la “explotación masiva” con afectaciones al medio ambiente ya se hacen. Habrá que recordarle que, hasta antes del derrame de crudo en el Golfo de México de la plataforma Deep Water Horizon, el derrame de crudo no intencional más grande de la historia era de… Pemex (blowout del pozo Ixtoc I, en 1979).

Por otra parte, Pemex-Exploración y Producción ha incumplido sistemáticamente la norma impuesta por el órgano regulador (Comisión Nacional de Hidrocarburos) respecto del venteo a la atmósfera y quema de gas natural, rebasando incluso los estándares internacionales en más del 1,000% (sí, mil por ciento). Todo esto sin hablar de las afectaciones ambientales en tierra en Tabasco, Chiapas, Veracruz y Tamaulipas (¿quién se anima a meterse al río Coatzacoalcos?).

Una medida que efectivamente proteja al medio ambiente sería que la nueva “Agencia Verde”, propuesta en la Reforma, efectivamente tenga independencia técnica y de gestión y no sea capturada por Pemex y demás empresas petroleras. Asimismo, la Comisión Nacional de Hidrocarburos tendría que evaluar la pertinencia de asignar y revocar contratos de licencia a los permisionarios que incumplieran las regulaciones ambientales. Sin embargo, la experiencia en México nos dice que generalmente los órganos reguladores son capturados.

3. Los hidrocarburos son recursos no renovables (sic) y su impacto en el medio ambiente es enorme. ¿Existen plantes para desarrollar tecnologías e infraestructuras (sic) de energía alternativa en nuestro país?

Este punto es quizá el más débil en toda la Reforma Energética. Salvo la eliminación de los subsidios a las gasolinas y el gas LP, además de los impuestos a las emisiones de carbono de la CFE y de Pemex, poco o nada se dice respecto de la geotermia, la generación eólica y fotovoltaica, la generación nuclear o los mecanismos para migrar a una matriz energética que dependa menos de los hidrocarburos (tanto crudo como gas natural).

6. ¿Con qué herramientas regulatorias cuenta el gobierno mexicano para evitar que se impongan las prácticas de depredación que puedan cometer las empresas privadas que participarán en el sector?

En esta pregunta, además de cometer la falacia de petición de principio, Cuarón peca de ingenuo. Actualmente, Pemex ya comete prácticas de depredación (ver respuesta a la pregunta 2, por ejemplo), y el órgano regulador, la Comisión Nacional de Hidrocarburos, es prácticamente un cero a la izquierda. Se supone que la Reforma garantizará y robustecerá el actuar de dicha comisión, además de crear la “Agencia Verde”. Pero una vez más, hay que evitar que dichos órganos sean capturados (tanto por Pemex como por las empresas privadas).


7. ¿Cómo asegurar que la reforma incremente la productividad de Pemex si no se enfrenta el problema de la corrupción dentro del sindicato?

Espero equivocarme, pero todo parece indicar que el sindicato seguirá haciendo de las suyas al interior (y exterior) de Pemex. Tanto Peña Nieto como el director de Pemex, Emilio Lozoya, no se han cansado de repetir que “los derechos de los trabajadores de Pemex no serán vulnerados”. En lenguaje político priista, ello quiere decir que el sindicato petrolero seguirá gozando de sus prebendas. Peor aún, si bien es cierto que el sindicato ya no tendrá representantes en el Consejo de Administración de Pemex, no queda claro si las empresas extranjeras de extracción, refinación o procesamiento de gas estén obligadas a contratar la mano de obra… precisamente con el sindicato petrolero. Por lo tanto, se ve difícil que el sindicato deje de hacer de las suyas… repito, ojalá me equivoque.

9. ¿Cómo asegurar que las utilidades no se canalicen a la expansión de la burocracia sino que lleguen al propietario original de esos recursos, que es el pueblo de México” (sic) (whatever that means)

Esta pregunta sí que es espinosa; sin embargo, la Reforma anunció la creación de un Fondo Petrolero (algo así como lo que sucede en Noruega) al que se destinarían los recursos producto de las contraprestaciones derivadas de la explotación de hidrocarburos. Y aquí es donde empiezan los problemas: hasta ahora el gobierno no ha definido los criterios para invertir esos recursos, y tampoco se sabe cuál debe ser el destino idóneo: ¿pensiones?, ¿inversión en infraestructura?, ¿desarrollo de capital humano para disminuir la pobreza? Lo que definitivamente no es deseable es fondear gastos permanentes (pensiones, desarrollo humano como salud, alimentación o educación) con recursos que, además de no renovables, tienen precios sumamente volátiles en los mercados internacionales.¿ Y si mejor de veras hacen una reforma fiscal (seria y no el engendro que nos propinó Mr. MIT)?



Espero que este intento (light) de responder las preguntas sea más o menos satisfactorio. Por último me queda la duda, ¿por qué hasta ahorita?, ¿por qué no las hizo la oposición en el Congreso de la Unión?

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