sábado, 6 de junio de 2015

El puto amor no es suficiente….

Por Víctor Hugo Díaz Xolalpa

Llego y tumbo de una pata la puerta. Entre saliva y sangre salieron sus últimas palabras. Su cuerpo ya sin fuerzas se dejó caer. Everardo corrió, esquivando un chingo de balazos, llego hasta ella. La agarro entre sus brazos. ¡A la chingada de aquí!, escucho los gritos y las camionetas se arrancaron.

¿Qué chingados paso? Renata… Renata… Renata… pero ella ya había llegado al séptimo círculo del infierno. Él lo sabía, la miro y antes de cerrarle los ojos la beso. Se contuvo el llanto y la vida que se le escapaba, porque ella era eso, su universo.

Everardo tuvo que renunciar, dejar su casa, su pueblo… ya no tenía nada.

Renata tan hermosa, tan loca, tan tierna, tan enamorada del dinero y a veces de él, pensaba Everardo. Pero nunca lo escucho, le suplico que se alejara de esos jales, que eso no era para ella. Pero sí esto es lo que quiero, que no te gusta el dinero, lo que te regalo, la troca, el pinche iphone… Nada… carajo, no te doy gusto ¿Tú por qué no lo dejas?

Puto amor no es suficiente en este pinche mundo.

Fue en un hotel de paso donde ella era recamarera. El cuarto en el que se hospedo era un desmadre; botellas, colillas de cigarros por aquí y por allá, la morra que contrato para festejar su cumpleaños ya se había ido, ni siquiera lo felicito, sólo se drogaron, cogieron y tomaron hasta que Everardo se olvidó de la noche. Por la mañana Renata entro hacer la limpieza lo miro ahí tirado, miro el desmadre y ahí vio la cartera, el fajo de billetes y se metió la cartera a la bolsa del delantal. Pero antes de que ella saliera Everardo despertó. ¡Espera, no te vayas! le pidió y Renata se quedó dos años en su vida.

Renata supo del trabajo en el que estaba Everardo, al principio ella desconfiaba, sigilosa lo esperaba todas las noches, esperaba los regalos, los lujos y claro, los besos, porque Everardo no más de verla se le iban sus pinches sustos en besarla y abrazarla.

Un día llegaron a buscar a Everardo, eran los contras. ¿Dónde está ese cabron? La agarraron de los cabellos, la arrastraron, estuvieron a punto de violarla… Renata les dijo todo lo que sabía, pero que a él lo dejaran vivo. En pocos meses Renata se volvió jefa de una célula.

Señor y señora Smith, pensaba ella y se echaba a reír. Everardo nunca entendió porque le gustaba tanto ver esa película.

Everardo pensó en dejar esos jales, pensaba en el futuro, en los hijos, en una vida con ella.

Everardo debía muchas vidas, pero era una la que importaba. Y esa era la vida que pago Renata con otras muchas vidas. Pero en estos jales esos vaivenes desafían el destino. Ella tomo una vida que importaba. Y llegaron a cobrársela.

Everardo nunca supo el momento en que acepto que ella tuviera el mismo trabajo y siendo de los contras, tampoco entendía como es que eran tan felices aun sabiendo el peligro que eso representaba para ellos.

Ahora mirando el cuerpo inerte de pronto lo supo. Pero por qué no lo habían matado a él. Y su vista se nublo, su corazón latió más despacio. Renata después de tirar la puerta le disparo.

Everardo despertó en el hospital. Era un sueño, eso de que había dejado su pueblo, su casa, de qué había renunciado. En realidad sólo estuvo inconsciente por tres días. Como Jesús, pensó y cerró los ojos.

Es tú vida por la mía, de pronto lo recordó, sus últimas palabras. Renata le salvo la vida al dispararle, al dejarlo vivo una vez más.

Renata sí renuncio, esa era la última noche en ese pueblo, en esa casa. Ella quería una vida, hijos, un futuro. Y un dolor lo inundo. Ahora entendía las risas de Renata al ver esa película. Y no sólo eso, entendía todo, Renata sabía de lo arriesgado que era. Ella siempre lo supo y quería llegar a ese futuro de la manera más fácil, quería hacerle entender las cosas.

Puto amor no es suficiente para entender este pinche mundo.

1 comentarios:

  1. Me gusto mucho tu historia amigo..tan tú, recuerdas las clases de guión con Gabriela, la Argentina…? muy bien! con pocas frases logras toda la historia, la atmósfera y me dejas con ganas de más detalles "Bataillescos…"

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